Mejillones Ramón Franco en escabeche 15/20 piezas.
Mejillones de las rías gallegas, aceite de oliva, vinagre de vino, especias y sal. 15/20 piezas.
Peso neto: 266 gramos.
Peso escurrido: 170 gramos.
Mejillones de las rías gallegas, aceite de oliva, vinagre de vino, especias y sal. 6/8 piezas.
Peso neto: 115 gramos.
Peso escurrido: 78 gramos.
Sólo el mejillón Gallego de Arosa (Mytilus galloprovincialis), que crece en los viveros propiedad de estos conserveros, es el que se utiliza para elaborar las delicatessen de la casa. En las aguas de la ría, los mejillones se agarran a las cuerdas que cuelgan de la batea. Desde la tierra se sigue con paciencia el crecimiento lento que, a lo largo de dos años, dará como resultado unos excelentes ejemplares. Día a día se controla su crecimiento y desde el mar a la conserva, se sabe con certeza el origen de cada pieza.
Entre los meses de Julio y Febrero el mejillón está en condiciones óptimas. Una mañana todo se pone en marcha y los dos barcos de la casa ponen rumbo a las bateas. De las cuerdas al barco y del barco al obrador. Los mejillones más frescos de la Ría están preparados para dar lo mejor de sí. Se lavan, se abren al vapor y se eliminan las barbas a mano, para no dañar la vianda, con suma delicadeza. Se fríen en buen aceite, se colocan uno a uno en la lata y se añade el escabeche. Al final del día llega la esterilización y el reposo. Ahora el tiempo terminará de dar sabor a los mejillones .
Ramón Franco, con la tercera generación ya incorporada, es el fruto del tesón de una familia de larga tradición y estrechos vínculos con el mar, apoyada por un grupo de marineros y conserveiras que aportan su experiencia y saber tanto en tierra como en el mar. Más de 50 años han pasado ya, pero la filosofía heredada ha permanecido intacta. Paciencia para buscar y encontrar los mejores pescados y mariscos en su mejor momento de sabor. Selección rigurosa de todos los ingredientes, aplicando los estrictos controles de nuestra certificación europea de calidad ISO 9001. Delicadeza en las manos expertas de nuestras artesanas, que seleccionan, limpian y colocan a mano las piezas de cada lata. Tiempo de reposo y maduración en bodega, con la misma paciencia y cuidado que un buen vino, el factor que termina de darle sabor a nuestra conserva.
Esta forma de realizar nuestro trabajo, huyendo de la producción masiva y de sabores estándar, para seguir apostando por métodos y recetas tradicionales, es altamente valorado por nuestros clientes. Ellos comparten con nosotros nuestra defensa de la filosofía slow food, lo que nos ha llevado a situarnos como una de las empresas de referencia en el sector del cultivo, envasado y distribución de mejillón de alta calidad.