Este dulce distintivo de la variada repostería de nuestro Siglo de Oro, compuesto de harina de trigo, azúcar, harina de almendra Marcona y manteca - de la que recibe su nombre - se elaboraba artesanalmente en pequeños bloques.
El paso del tiempo redujo el tamaño del dulce y lo envolvía en papel de seda y así se presenta, ya en los albores del siglo XX, a la Exposición Internacional de Madrid de 1903. Es allí donde alcanza el preciado premio de la "Medalla de Oro" junto con Diploma de Honor de 1a clase.Es la única vez que un mantecado de España, ha recibido tal cualificado galardón.
José María Peman, miembro de la Real Academia de la Lengua Española, en el año 1944, en su libro "Felipe II en El Escorial", definía a este "buque insignia" de la repostería, como la "apoteosis de la confitería".
En los últimos años, la CONFITERÍA BLANCANIEVES TEJEDOR - obrador artesano fabricante de los Mantecados FELIPE II - ha sido galardonada con Medallas de Oro, Estrellas, Trofeos, Premios y Diplomas de Honor recogidos en: Madrid (España), Lisboa (Portugal), Ginebra (Suiza), París (Francia), Varsovia (Polonia), Buenos Aires (Argentina), Ciudad de México (México), Ámsterdam (Holanda), Viena (Austria), Bruselas (Bélgica) y La Valeta (Malta).
Son importantes para destacar las siguientes distinciones:
Premio Internacional de Empresas a la Calidad del Producto.· Trofeo Internacional a la Gastronomía.· Máster Internacional en su categoría de ORO al Producto Artesano.· Aguila de Oro, trofeo internacional a la calidad Europa 2011.· Premio de Oro Monde Selection 2017.· Estrella de Oro al SABOR SUPERIOR AWARD que otorga El International Taste & Quality Institute de Bruselas (considerado como la Guía Michelin de los Alimentos y Bebidas) 2013, 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018.
Así como en su Imperio "no se puso el sol", podríamos decir lo mismo del Mantecado FELIPE II, ya que esta delicia de la repostería española, está muy extendida por el mundo entero.
Podemos así concluir que después de siglos los mantecados FELIPE II siguen siendo los más distinguidos y deseados. Su tradicional elaboración artesanal, fielmente guardada generación tras generación, les han hecho merecedores de las más altas recompensas honoríficas, convirtiéndoles en un privilegio y en una leyenda.